09 noviembre 2006

Mitos y realidades sobre Israel

MITOS Y REALIDADES SOBRE ISRAEL

INTRODUCCIÓN

Desde antes de su creación en 1948, el Estado de Israel ha tenido que enfrentar un sinfín de conflictos en diferentes frentes, pero tal vez es en la guerra de la información, donde ha tenido que librar sus más fieras batallas.
En los últimos años, a nivel mundial se ha orquestado una campaña propagandística tendiente a desacreditar la existencia de Israel y del sionismo, el movimiento de liberación nacional del pueblo judío.
Se crearon realidades alternas mediante el uso de conceptos novedosos que en forma tendenciosa desvirtúan los parámetros históricos y políticos del conflicto palestino-israelí.
Debido a que estos mitos han sido reproducidos a través de los medios masivos de comunicación, una gran parte de la opinión pública internacional, que no conoce de cerca los hechos como han sucedido, acepta las consignas antiisraelíes con una actitud poco crítica.
La historia ha demostrado que las verdades a medias sólo logran obstaculizar el diálogo e impedir que se produzca un verdadero proceso de razonamiento acerca de las raíces y el desarrollo de los conflictos en el mundo.
El presente documento tiene como propósito fundamental desenmascarar algunos de los más comunes prejuicios y mitos sobre el Estado de Israel de tal forma que se puedan entender con más claridad las raíces del conflicto en el Medio Oriente.

I. EL DERECHO DE LOS JUDÍOS SOBRE EL ESTADO DE ISRAEL

MITO:
PALESTINA SIEMPRE PERTENECIÓ A LOS ÁRABES.

REALIDAD:
LOS JUDÍOS FUERON LOS PRIMEROS EN ESTABLECER UN ESTADO SOBERANO EN ESA ZONA, FUNDARON LA CIUDAD DE JERUSALEM Y DESDE ENTONCES HAN MANTENIDO UNA PRESENCIA CONTINUA.

Durante las últimas décadas el término "Palestina" se ha manejado en función de intereses políticos a menudo contrapuestos, omitiendo los antecedentes históricos que permiten esclarecer su significado. Este término ha sido comúnmente utilizado para calificar la región en tiempos de la historia cuando no existían conceptos de Estado y nación.
"Canaán" fue el nombre con el que se conoció a la tierra que posteriormente fue denominada Palestina. Los cananitas formaron pequeñas ciudades, cada una en épocas diferentes y a veces gobernadas por un gobernante egipcio o hitita sin lograr nunca la formación de un solo Estado. Al finalizar el éxodo de Egipto durante el siglo XIII a.e.c, los israelitas se asentaron en la tierra de Canaán donde formaron primero una confederación, después los reinos de Israel y Judá y, posteriormente, el reino de Judea.
El nombre Palestina no aparece en la Biblia ni en el Nuevo Testamento. La adopción oficial del término Palestina para designar los territorios del antiguo principado de Judea, data del periodo posterior a la rebelión judía de Bar Kojba (135 e.c.), cuando el emperador romano Adriano intentó eliminar todo vestigio de la civilización hebrea.
Jerusalem fue asolada, su nombre fue cambiado por el de Aelia Capitolina y se designó al país como Palestina. Algunos judíos fueron forzados a abandonar la zona, no obstante, siempre hubo comunidades judías en Tierra Santa aunque su tamaño y condiciones variaron en gran medida.
Después de la conquista romana de Judea, este territorio se convirtió en una provincia del Imperio Romano pagano y posteriormente del Imperio Bizantino Cristiano. En el año 638 e.c, un califa árabe arrebató Palestina de las manos del Imperio Bizantino integrándola al dominio árabe. Fue durante ese tiempo que parte de la población asentada en esta región se convirtió al islam y adoptó el idioma árabe. Estos pobladores eran gobernados por el califa Omar que se encontraba en la capital, la cual primero estuvo situada en Damasco y luego en Bagdad. Sin embargo, esos habitantes nunca llegaron a convertirse en una nación o Estado independiente.
En el año de 1099, los Cruzados Cristianos provenientes de Europa conquistaron Palestina. La región permaneció como puesto militar de la Europa cristiana, durando menos de 100 años. Posteriormente, Palestina fue anexada a Siria como provincia sujeta primero a los Mamelucos y, finalmente, bajo el dominio de los turco-otomanos, cuya capital se encontraba en Estambul. Los turco-otomanos fueron despojados de Palestina por parte de los ingleses tras la Primera Guerra Mundial.
A partir de la ocupación británica de 1917 y el subsiguiente establecimiento de un mandato territorial sobre las zonas dominadas, Palestina fue el nombre oficial de un territorio preciso por primera vez desde la Edad Media. Esta designación no era aceptable ni para los judíos ni para los árabes. Para los primeros el término evocaba la iniciativa romana de ocultar y destruir los lazos de unión entre los judíos y la tierra de la que habían sido expulsados hacía casi dos milenios.
Para los musulmanes, el término era extranjerizante; no existía en su concepción histórica ninguna referencia a Palestina.
Hasta 1918 el término "palestino" no fue usado en referencia a ninguna población específica. Esta denominación surgió en 1922 con la creación del Reino de Transjordania que ocupó 74% del territorio que los británicos designaron como Palestina con el objeto de diferenciar entre las poblaciones de ambas márgenes del río Jordán. "Palestino" se refería, por lo tanto, a los judíos y a los árabes que habitaban el 26% del territorio restante. La identidad de la población árabe de ambas riberas del Jordán hasta ese momento se derivaba de su pertenencia al islam o a la Gran Siria (unidad territorial que cubría las áreas de lo que hoy es Siria, parte de Arabia Saudita, Irak, Líbano, Israel y Jordania).
La aparición de una identidad palestina específica es producto de las últimas décadas del siglo XX. La identidad nacional palestina se ha ido consolidando a lo largo de los años a raíz del rechazo de los países árabes circundantes a asimilarlos dentro de sus sociedades y por la dinámica gestada a raíz de la presencia israelí en Gaza y Cisjordania desde 1967.

MITO:
LOS JUDÍOS NO TIENEN DERECHO SOBRE LA TIERRA DE ISRAEL.

REALIDAD:
POR 2000 AÑOS EL PUEBLO JUDÍO HA SIDO EL ÚNICO EN MANTENER UN VÍNCULO FÍSICO, ESPIRITUAL Y POLÍTICO CON LA TIERRA DE ISRAEL.

Erróneamente se tiene la percepción de que las generaciones judías expulsadas después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalem volvieron a Israel luego de 1,800 años para demandar la devolución del territorio perdido. En realidad, siempre ha habido presencia judía en esa tierra por lo que se han mantenido lazos históricos con ella por más de 3,700 años.
A pesar del exilio provocado por la destrucción del Segundo Templo en 70 e.c., grandes comunidades judías permanecieron en Jerusalem, Tiberias, Rafah, Gaza, Ashkelon, Jaffa y Caesarea. En 1870, surgió el Movimiento Sionista de reconstrucción nacional que culminó en el establecimiento del Estado de Israel.
La Tierra de Israel, por estar ubicada en el empalme de tres continentes, tuvo siempre importancia estratégica: quien la dominaba ejercía el control sobre las rutas comerciales entre Oriente y Occidente.
Con el surgimiento del cristianismo y el islam como potencias mundiales, sucesivas olas de conquistadores comenzaron a declarar derechos en nombre de credos o naciones a los que representaban. Aunque algunos de estos elementos extranjeros dominaron la Tierra de Israel por varios siglos, ninguno de ellos la consideró el centro de su existencia nacional y espiritual, ni fundaron territorios independientes.
Mientras tanto, los judíos continuaban con sus esfuerzos para concretar la construcción de un Estado nacional soberano. Las comunidades de la diáspora realizaron numerosas migraciones masivas. Entre 1191 y 1198 judíos de África del Norte emigraron a Israel. En el siglo XV y como consecuencia de las vejaciones que sufrieron los judíos durante la Inquisición, se registraron nuevas olas de inmigrantes provenientes de España. Otros, escapando de los pogroms de Ucrania, arribaron a mediados del siglo XVII. Durante el siglo XVIII, miles de judíos jasídicos llegaron de Europa Oriental. Sin embargo, las olas migratorias más importantes fueron en los siglos XIX y XX como resultado de la conformación del Movimiento Sionista.
El "certificado de nacimiento" del Estado de Israel se justifica internacionalmente por los siguientes factores: el establecimiento continuo de comunidades judías en esa área, la Declaración Balfour de 1917, el reconocimiento de la Liga de la Naciones, el Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947, la admisión de Israel a ese organismo internacional en 1949, el reconocimiento otorgado por la mayoría de los Estados miembros, y la existencia de una sociedad dinámica y nacionalista que impulsó la creación de un Estado.

MITO:
LOS JUDÍOS USURPARON LAS TIERRAS DE LOS ÁRABES.

REALIDAD:
LOS JUDÍOS COMPRARON LAS TIERRAS A TERRATENIENTES QUE NO VIVÍAN EN LA ZONA.

Al término de la Primera Guerra Mundial, gran parte del territorio palestino era propiedad de terratenientes árabes que vivían en El Cairo, Damasco y Beirut. Aproximadamente el 80% de los árabes que habitaban en Palestina eran campesinos, semi-nómadas y beduinos. Los judíos que llegaron a la zona se establecieron en tierras no cultivadas, pantanosas y despobladas adquiridas de terratenientes árabes que no vivían en la zona.
En 1936, una guerrilla dirigida por el comandante sirio Fawsi al Qawukji, penetró en territorio habitado por los judíos y asesinó a 89 colonos. Tras la revuelta, el gobierno británico nombró una Comisión Real bajo la dirección de Lord Peel con el fin de investigar los hechos ocurridos y así determinar la veracidad de las acusaciones de robo de tierras emitidas por los árabes.
El reporte de la Comisión Peel finalmente estipuló que las quejas territoriales impuestas a los pobladores judíos carecían de fundamento. Concluyó que la presencia de judíos en Palestina durante el Mandato Británico había elevado los estándares de vida y ampliado las oportunidades laborales para la población de origen árabe.
Durante 1938, como consecuencia de las revueltas árabes en Palestina, muchos terratenientes ansiosos por huir decidieron vender sus tierras -cuya calidad de cultivo era mala- a precios exorbitantes. En 1947, los judíos poseían aproximadamente 463,000 acres del territorio de Palestina, de las cuales 45,000 les fueron vendidas por las autoridades del Mandato Británico, 30,000 por algunas iglesias y 387,500 fueron compradas a los árabes. Estudios realizados sobre la adquisición de tierras entre 1880 y 1948 muestran que el 73% de las tierras compradas a los árabes pertenecían a grandes terratenientes y no a pequeños campesinos.

II. EL ESTADO DE ISRAEL

MITO:
ISRAEL ES UN ESTADO EXPANSIONISTA.

REALIDAD:
A DIFERENCIA DE LO QUE OCURRE EN LA MAYORÍA DE LOS CONFLICTOS BÉLICOS DONDE SE GANAN Y ANEXAN TERRITORIOS, ISRAEL HA DEVUELTO EN NUMEROSAS OCASIONES, TERRITORIOS OCUPADOS EN GUERRAS DE LEGÍTIMA DEFENSA.

Las fronteras del Estado de Israel fueron establecidas tras la adopción del Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947. Poco después, los países árabes invadieron territorio israelí varias veces, provocando sangrientas guerras que buscaban su exterminio. Como resultado de éstas, Israel capturó ciertos territorios, gran parte de los cuales han sido devueltos a cambio de acuerdos de paz:
En 1957, Israel se retiró de la Franja de Gaza y la Península del Sinaí, capturados durante la guerra de 1956 tras la nacionalización y el bloqueo ilegal de la navegación israelí al Canal de Suez.
En 1974 Israel devolvió a Siria territorio que había sido capturado durante las guerras de 1967 y 1973.
En 1979, a partir de las negociaciones de paz con Egipto, Israel cedió los territorios del Sinaí capturados en la guerra de 1967, los cuales por su dimensión representan tres veces el territorio de Israel.
Desde 1983 Israel comenzó a liberar territorio libanés previamente capturado. En 1985 abandonó casi todo el territorio, exceptuando la frontera sur con Israel. Esta jurisdicción fue cedida unilateralmente en el 2000.
Tras la firma de los tratados de paz con Jordania y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Israel cedió gran parte del territorio de la Margen Occidental capturado en la guerra de 1967. Una sección fue devuelta a Jordania y el resto quedó bajo administración palestina. Asimismo, en 1994 Israel se retiró parcialmente de la Franja de Gaza, capturada en la guerra de 1973 y la entregó a los palestinos.
La voluntad israelí por ceder concesiones territoriales a cambio de seguridad, demuestra que el objetivo de Israel es la paz, no la expansión.

MITO:
SIONISMO = RACISMO.

REALIDAD:
EL SIONISMO ES EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL DEL PUEBLO JUDÍO.

El 10 de noviembre de 1975, en la Tercera Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se aprobó con 67 votos a favor la Resolución 3379, propuesta por Cuba y Kuwait, la cual declaraba que "El sionismo es una forma de racismo y discriminación racial…(y) una amenaza para la paz y seguridad mundiales". Esa Resolución fue producto de un esfuerzo dirigido por la coalición de los Estados árabes y el bloque socialista para deslegitimar a Israel.
A pesar de que la resolución 3379 fue revocada en 1991 tras la histórica Conferencia de Madrid en la que israelíes y palestinos por primera vez se sentaron a negociar la paz, hay quienes consideran que los judíos no tienen derecho a la autodeterminación y que por lo tanto el Estado de Israel tiene que desaparecer.
Existe una diferencia importante entre nacionalismo y racismo: nacionalismo es la creencia de que todas las naciones tienen derecho a regirse a sí mismas y racismo es la creencia de que una raza es superior a otras. El sionismo no es diferente a ninguna otra ideología nacionalista ya que demanda que los judíos, como cualquier otro pueblo, tengan su propio Estado. De hecho, sería racismo sugerir que lo que es aceptable para otros (autodeterminación nacional), no lo sea para los judíos. Si se arguye que el sionismo es racismo, entonces se infiere que todos los movimientos nacionalistas deben ser racistas.
Dentro de Israel existen ciudadanos tanto judíos, como musulmanes y cristianos. Los ciudadanos judíos provienen de diferentes partes del mundo -Europa, América, Asia y África-, por lo que se ha creado una sociedad multicultural y multiétnica. Israel ha luchado por crear una sociedad tendiente a implementar los más altos ideales humanitarios para todos sus habitantes, sin tomar en cuenta su religión, raza o sexo. Los árabes que habitan en Israel tienen todos los derechos civiles frente a la ley y comparten el progreso y la prosperidad generada a partir de 1948.
El antisionismo es frecuentemente antisemitismo disfrazado. Al responder a un estudiante que atacaba al sionismo, Martin Luther King dijo: "Cuando la gente critica a los sionistas, se refiere a los judíos y está siendo antisemita". A través de fuertes campañas propagandísticas, los antisionistas han logrado que el sionismo sea visto negativamente y que se asocie con la discriminación, el autoritarismo, el Apartheid y los regímenes autoritarios.
La acusación perniciosa de que el sionismo es racismo reapareció en agosto del 2001 en la Conferencia Mundial en contra del Racismo, organizada por la ONU en Durban, Sudáfrica. La Cumbre fue "secuestrada" por ciertos países que buscaron ignorar los problemas reales del racismo en la actualidad y en su lugar atacaron a Israel. Esta conferencia se convirtió en un foro de declaraciones antisemitas y antisionistas que no se habían escuchado desde los días de la Resolución 3379. En protesta, Israel y los Estados Unidos se retiraron de la conferencia. El rabino Michael Melchior viceministro de Relaciones Exteriores de Israel, quien fungió como representante de su gobierno en la Conferencia, comentó: "¿Acaso existe mayor ironía que el hecho de que en una conferencia convocada para combatir el racismo surja la declaración más racista de un importante organismo internacional desde la Segunda Guerra Mundial?".

MITO:
ISRAEL ES UN ESTADO DISCRIMINATORIO.

REALIDAD:
ISRAEL ES UN ESTADO INTEGRADO POR UNA SOCIEDAD PLURAL, DIVERSA Y DEMOCRÁTICA.

Dentro de la población israelí de 6.4 millones, alrededor de 1.2 millones – el 19% - no son judíos. Todos los ciudadanos del país, incluyendo a esta numerosa minoría, cuentan con los mismos derechos, libertades y oportunidades. De acuerdo a su Declaración de Independencia de mayo de 1948, el Estado de Israel está basado en los principios de libertad, justicia y paz, asegurando la completa igualdad de derechos políticos y sociales de todos sus habitantes sin que exista diferencia alguna por credo, raza o sexo. Además, garantiza la libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura.
De la Declaración de Independencia del Estado de Israel emanan los dos principios básicos del sistema constitucional del país: Israel es un Estado democrático y judío.
Israel cumple claramente con todas las condiciones importantes de las democracias:
Un marco garantizado de igualdad de derechos civiles, incluyendo el acceso a la justicia, la libertad de expresión, reunión y asociación así como de derechos políticos, económicos y sociales que permiten a todos los ciudadanos el ejercicio pleno de sus libertades. Todos los ciudadanos de Israel, independientemente de su religión y etnia, son iguales ante la ley.
Instituciones de representación y responsabilidad, incluyendo elecciones y procedimientos libres y justos que aseguran la responsabilidad constante de los servidores públicos ante los ciudadanos. Israel no sólo celebra regularmente elecciones libres en las que todos los ciudadanos, sin distinción, pueden votar, sino que los servidores públicos son también responsables de sus actos ante la ley.
Una sociedad civil en la que participan medios de comunicación y asociaciones civiles libres y plurales así como procesos consultivos y otros foros que aseguran la participación popular en el proceso político. La sociedad israelí está caracterizada por una abundante cantidad de organizaciones no gubernamentales y grupos de presión política que operan de manera abierta aún cuando sus opiniones sean contrarias a las del gobierno. Además, la prensa libre y abierta asegura la responsabilidad pública.
De todos los países en el Medio Oriente, únicamente Israel muestra un compromiso consistente con la democracia. Sólo allí existe una prensa abierta y libre, elecciones justas, libertad de expresión, reunión y asociación, e igualdad de derechos para todos los ciudadanos.

III. ISRAEL EN EL MEDIO ORIENTE

MITO:
ISRAEL OCASIONA INESTABILIDAD EN EL MEDIO ORIENTE.

REALIDAD:
LA INESTABILIDAD EN MEDIO ORIENTE ES CAUSADA POR LA FALTA DE DEMOCRACIA DE LOS PAÍSES ÁRABES.

En 1970, Jordania decidió expulsar a los palestinos de su territorio debido a los conflictos internos que estaban generando. En septiembre de ese año miles de palestinos fueron victimados y desterrados, sin que un solo país árabe protestara.
En 1975 estalla la guerra civil en Líbano entre musulmanes, palestinos y cristianos, misma que hasta su fin en 1990 ocasionó una fuerte devastación en todos los ámbitos del país.
La invasión de Siria sobre territorio libanés en 1976 continúa hasta la fecha.
La revolución islámica en Irán de 1979 marcó un retroceso de décadas para la sociedad iraní.
La guerra entre Irán e Irak de 1980 a 1988 ocasionó más de un millón de muertos.
La utilización de armas de destrucción masiva por parte del gobierno iraquí en contra de sus habitantes de origen kurdo en 1988.
La continua violencia interna entre seculares e islámicos en Egipto intensificada en la década de los noventa.
La invasión iraquí a Kuwait en 1991 y la subsecuente guerra conocida como "Tormenta del Desierto".
El Medio Oriente es una región inestable debido a una profunda división religiosa, al legado del imperialismo y a la presencia de una serie de regímenes autoritarios que no han logrado distribuir su inmensa riqueza petrolera.

IV. LOS CIUDADANOS ÁRABES EN ISRAEL

MITO:
ISRAEL TRATA A LOS ÁRABES COMO LOS NEGROS FUERON TRATADOS EN SUDÁFRICA DURANTE EL APARTHEID.

REALIDAD:
MIENTRAS LOS ÁRABES EN ISRAEL GOZAN DE PLENITUD DE DERECHOS, SUS HERMANOS EN LOS PAÍSES ÁRABES VEN LIMITADAS SUS GARANTÍAS INDIVIDUALES.

Los árabes israelíes gozan de derechos electorales, representación en el Parlamento, libertad de residencia y trabajo en cualquier lugar del país y acceso a todos los niveles de educación, garantías que a los negros en Sudáfrica les eran negadas.
La situación en los territorios es diferente. Los palestinos de los territorios no son ciudadanos de Israel, razón por la cual no participan en las elecciones. Como consecuencia de los continuos ataques terroristas, en Cisjordania y Gaza se han impuesto algunas restricciones, especialmente en cuanto al desplazamiento.
Los palestinos que trabajan en Israel siempre han gozado de la misma protección legal que los demás trabajadores. Reciben pagos y beneficios similares a los de los trabajadores judíos y árabes israelíes. Los palestinos también acuden a escuelas y universidades. Bajo el Apartheid, la población de color negro no gozaba de ninguno de estos derechos, lo que demuestra que las comparaciones entre Israel y Sudáfrica son ridículas.

V. EL PROBLEMA ISRAELÍ-PALESTINO

MITO:
EN 1948, ISRAEL EXPULSÓ SISTEMÁTICAMENTE A CIUDADANOS PALESTINOS.

REALIDAD:
LOS PALESTINOS SALIERON DE LO QUE SERÍA EL ESTADO DE ISRAEL PARA FACILITAR LA ENTRADA DE LOS EJÉRCITOS AGRESORES DE SEIS PAÍSES ÁRABES.

En noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU adoptó el Plan de Partición para Palestina. De acuerdo con esta Resolución, se establecerían dos Estados (uno árabe y uno judío) en lo que quedaba del territorio del Mandato Británico sobre Palestina. Los judíos de Palestina aceptaron la propuesta pero los árabes, apoyados por las autoridades de otros países musulmanes, la rechazaron. Los gobiernos árabes instaron a la población árabe a abandonar el territorio para facilitar la entrada de sus ejércitos. Así, se originó la primera guerra entre los países árabes y el recién creado Estado de Israel. Cientos de miles de árabes palestinos huyeron y abandonaron sus hogares, convirtiéndose en refugiados.
El primer éxodo se extendió a partir de noviembre de 1947, cuando algunos árabes prominentes y adinerados decidieron irse al extranjero.
En diciembre de 1947, la Liga Árabe se reunió en Líbano y recomendó la evacuación de mujeres, niños, ancianos y enfermos, garantizándoles refugio en países vecinos. Así mismo, el Comité Superior Árabe de Palestina declaró que la población musulmana debía abandonar sus hogares como protesta por la Resolución de la Partición, demostrando así que nunca aceptaría un Estado judío. Estos llamados tenían la intención de despejar el camino a los ejércitos árabes. Testigos, participantes y víctimas de ese éxodo dan testimonio:
"Aplastaremos el país con nuestros cañones y destruiremos todo lugar en que los judíos busquen refugio. Los árabes deberán sacar del país a sus mujeres e hijos y les darán refugio durante el peligro. Después de eso, toda Palestina será suya." Declaración del Primer Ministro de Irak (Prensa de Bagdad, 15 de marzo de 1948).
"Se convenció a los refugiados que su ausencia de Palestina no duraría mucho y que volverían después de unos pocos días o de una semana o dos. Sus dirigentes les prometieron que los ejércitos árabes destruirían rápidamente a las bandas sionistas y que no debían caer en el pánico ni temer un largo exilio". Declaración del Obispo Ortodoxo Griego Hakim de Galilea. (Diario de Beirut, 16 de agosto de 1948).
La segunda fase de la lucha y el consiguiente éxodo tuvo lugar meses después de que estallara la Guerra de Independencia en mayo de 1948 cuando 250,000 árabes optaron por salir inducidos por las promesas de los gobiernos árabes de que posteriormente regresarían a recibir parte del botín.
Durante la guerra, el Estado de Israel tuvo que repeler una invasión de los ejércitos regulares de todos los países árabes vecinos. Los invasores lograron ocupar las áreas de mayoría poblacional árabe, sin embargo fracasaron en su intento por expulsar a los judíos. El éxodo árabe resultó en 200,000 expatriados adicionales. En total, de los 700,000 árabes que habitaban en esa zona sólo 130,000 permanecieron en el nuevo Estado.
Es cierto que hubo algunos casos de violencia judía y expulsión de árabes por parte de unidades de las fuerzas armadas del Estado recién nacido, pero no hubo ninguna expulsión masiva, ni existió tampoco la intención de emprender una limpieza étnica. Según un informe de la policía británica de Haifa, fechado el 26 de abril de 1948, "los judíos hacen todo lo que pueden para convencer a la población árabe de que se quede, para que continúen con sus ocupaciones normales, para que mantengan abiertos sus negocios y para asegurarles que su existencia y sus intereses están seguros. Mientras tanto, la evacuación sigue adelante, y un gran convoy protegido por soldados (británicos) y comprendiendo un fuerte porcentaje de cristianos, salió ayer de Haifa por carretera, rumbo a Beirut. El número de participantes puede estimarse en 700 para el convoy; la evacuación por mar continúa inexorable".
A pesar de las promesas hechas, cientos de miles de refugiados permanecen en la actualidad en países árabes, sin derechos políticos, económicos o sociales, sin que se haya realizado el intento de integrarlos en los diferentes países y comunidades de la región.
A diferencia de los refugiados palestinos, los más de 800,000 refugiados judíos obligados a abandonar los países árabes a raíz del establecimiento de Israel, (siendo el número comparable al de los primeros), fueron absorbidos y rehabilitados como ciudadanos con plenos derechos dentro del recién creado Estado. Por su parte, después de la guerra y en base a lo establecido en la Declaración de Independencia de Israel, los árabes que se quedaron recibieron la ciudadanía israelí con igualdad de derechos, sin importar su religión.

MITO:
ISRAEL SE NIEGA A ACEPTAR EL RETORNO DE LOS REFUGIADOS PALESTINOS.

REALIDAD:
ISRAEL ACEPTÓ REFUGIADOS PALESTINOS, INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE SU INDEPENDENCIA. RECIBIR REFUGIADOS 54 AÑOS DESPUÉS SERÍA AFECTAR LA DEMOGRAFÍA ISRAELÍ.

El problema de los refugiados palestinos ha sido utilizado como una poderosa herramienta política. Su abandono en campamentos, impidiendo su reasentamiento en Siria, Egipto y Líbano, perpetuó una herida abierta en las fronteras de Israel.
A lo largo de los años los Estados árabes, con excepción de Jordania, negaron a los refugiados palestinos el derecho de ciudadanía y rechazaron todas las propuestas constructivas para alcanzar una solución al problema:
En la Conferencia de Lausana de 1950, David Ben Gurión, Primer Ministro israelí ofreció repatriar 100,000 árabes. La propuesta fue rechazada.
En 1952, las negociaciones entre Siria y las Naciones Unidas sobre la reubicación de 180,000 refugiados fracasaron, ya que Siria se negó a dar solución al problema.
Los países árabes rechazaron en 1955 el Plan Johnson para la utilización coordinada de las aguas del sistema del Jordán, por parte de Líbano, Siria, Israel y Jordania, mismo que habría hecho posible reubicar a por lo menos 200,000 refugiados.
En 1959, el Secretario General de la ONU, Hammarskjold, propuso un plan para instalar a los refugiados palestinos. La propuesta se archivó por oposición árabe.
Las contribuciones de las naciones árabes a la UNRWA (Agencia de Trabajo y Ayuda de Naciones Unidas que sostiene a los refugiados) han sido mínimas, representando tan sólo el 5% del total aportado mundialmente.
Por su parte, en 1949 Israel permitió el retorno de 60,000 refugiados bajo el Plan de Reunificación Familiar. En 1950, aceptó la inmigración de 100,000 refugiados árabes y en 1952 descongeló los cupos de refugiados en las zonas fronterizas. Entre la década de los cincuenta y la de los noventa, Israel permitió el ingreso de 125,000 palestinos.
Según cifras provistas por la Organización Mundial de Judíos de Países Árabes, durante las siguientes tres décadas y media que transcurrieron después de la guerra de 1948, la contribución monetaria israelí a UNRWA superó en un 35% la contribución total de Kuwait y en un 75% la aportación egipcia. Representó más del doble de la cuota jordana, más del triple de la prestación siria y más de siete veces la contribución iraquí.
La entrada de los refugiados palestinos al Estado de Israel transformaría irrevocablemente su composición demográfica. Actualmente los judíos constituyen el 81% de la población israelí conformada por más de seis millones de habitantes. Si Israel aceptara la inmigración palestina, cientos de miles o tal vez millones de palestinos se irían a vivir a un Estado al que durante años han jurado exterminar.
La legislación israelí no impide la inmigración de personas no judías, como ha sido el caso de las provenientes de Vietnam, Filipinas, Yugoslavia y Colombia, entre otros.

MITO:
LA ACTUAL INTIFADA ES RESULTADO DE LA FRUSTRACIÓN DE LOS PALESTINOS ANTE LA FALTA DE PROGRESO EN LAS CONVERSACIONES DE PAZ Y LA VISITA DE ARIEL SHARON A LA EXPLANADA DEL MONTE DEL TEMPLO.

REALIDAD:
LA ACTUAL VIOLENCIA ES UNA CAMPAÑA QUE FUE IMPULSADA E INCENTIVADA POR EL LIDERAZGO PALESTINO.

En la conferencia de prensa en la que el entonces presidente de Estados Unidos, William Clinton, reconoció que las negociaciones de Camp David de julio de 2000 habían fracasado, destacó que Ehud Barak, entonces Primer Ministro israelí, había mostrado una "gran visión para comprender la importancia histórica del momento".
La oferta de Barak a las autoridades palestinas superaba sustancialmente todas las propuestas anteriores. Los mismos israelíes estaban asombrados de la magnitud de las concesiones ofrecidas como:
La retirada israelí del 95% de la Margen Occidental y 100% de la Franja de Gaza.
La creación de un Estado palestino en esa área.
El desmantelamiento de asentamientos aislados en la zona bajo control palestino.
La inclusión de áreas de territorio israelí dentro del Estado palestino, en compensación por el porcentaje del territorio de la Margen Occidental que sería parte de territorio israelí.
El control sobre los suburbios y aldeas palestinas de Jerusalem Oriental, incluyendo la parte de la ciudad vieja que comprende los barrios musulmanes y católicos.
A cambio, Arafat tenía que poner fin al terrorismo, declarar el "fin del conflicto", y reconocer al Estado de Israel.
El líder palestino rechazó la oferta sin sugerir ninguna propuesta alternativa ni tampoco especificó los problemas que habría que resolver.
Tras la ruptura de las negociaciones, Ehud Barak declaró sombríamente a la prensa: "A mi regreso de Camp David veo las miradas desesperadas y con pesar les digo: no hemos tenido éxito debido a que no encontramos una contraparte con quién tomar las decisiones. No hemos tenido éxito porque nuestros vecinos no han comprendido el hecho de que para lograr la paz, ambas partes debemos abandonar algunos de nuestros sueños, debemos aprender a dar y no solamente a demandar".
Cuando Arafat volvió de Camp David, fue llevado en hombros en señal de triunfo, mientras esbozaba con sus manos la "v" de la victoria, demostrando así que el fracaso de las negociaciones era realmente su meta.
Poco después comenzó la violencia. A partir de entonces se han intentado restablecer las conversaciones, pero no han tenido éxito.
La visita de Ariel Sharon fue el pretexto y no el motivo del comienzo de la violencia generada en septiembre del 2000, la cual ocurrió principalmente por dos razones:
1- La ANP tomó la decisión estratégica de promover y cultivar la violencia. Imad Al–Faleiji, Ministro de Comunicación de Palestina, confirmó, mediante un discurso el 5 de diciembre del 2000, que Arafat autorizó las preparaciones correspondientes a la Intifada inmediatamente después de que las pláticas de Camp David finalizaron: "Quienes crean que la Intifada al-Aqsa empezó como resultado de la detestable visita de Sharon a la mezquita, están equivocados... La Intifada ya estaba planeada desde que el presidente Arafat regresó de las últimas pláticas en Camp David, donde se enfrentó abiertamente al presidente Clinton y rechazó los términos americanos para un acuerdo... Arafat es el primer Presidente en decirle a América, en forma inequívoca, que rechaza sus términos, cuando aún se encontraba en el corazón de los Estados Unidos, en Washington, en Camp David".
2- Desde 1993, año en que fueron firmados los Acuerdos de Paz de Oslo, no ha cesado la incitación y la propaganda antiisraelí. Los libros de texto, la televisión y los medios de comunicación palestinos siguen transmitiendo la imagen de Israel como la del enemigo. Desde que se firmó la Declaración de Principios (1993) hasta septiembre del 2000 se perpetraron numerosos ataques suicidas.

VI. TERRORISMO

MITO:
LOS TERRORISTAS QUE LLEVAN A CABO ATAQUES EN CONTRA DE ISRAEL NO TIENEN NINGUNA RELACIÓN CON ARAFAT O EL LIDERAZGO OFICIAL DE LA AUTORIDAD NACIONAL PALESTINA (ANP).

REALIDAD:
ARAFAT HA TOLERADO Y PROMOVIDO EL TERRORISMO. VARIOS GRUPOS INCLUSO DEPENDEN DE ÉL.

El liderazgo palestino está profundamente involucrado en la generación de violencia en contra de Israel. Un gran porcentaje de los actos terroristas han sido perpetrados por grupos asociados con el liderazgo de la ANP, como las milicias Tanzim, afiliadas al Fatah, las Brigadas al-Aqsa y la Fuerza de Seguridad 17 de Arafat, quien solamente en una ocasión ha dado órdenes de cese al fuego a sus fracciones.
La ANP ha acumulado armamentos ilegales y desafiado los Acuerdos de Oslo que especifican claramente la cantidad de armas permitidas. Como evidencia, el 3 de enero del 2002, el ejército israelí descubrió que el barco Karine A transportaba más de 50 toneladas de armamento para la ANP.
El liderazgo palestino tampoco ha tomado las medidas pertinentes para arrestar a aquellos responsables de los ataques, por el contrario, ha liberado a decenas de terroristas que ya se encontraban en prisiones palestinas.
El apoyo palestino a la violencia se hace evidente en la propaganda de la prensa oficial y en los textos escolares que incluyen vastos conceptos antisemitas y antisionistas.
Estos manuales no inculcan en los niños palestinos el deseo de paz con Israel o de una solución justa para ambos pueblos. Por el contrario, niegan a Israel el derecho de existir y exaltan la lucha armada; describen los Acuerdos de Oslo como "una propuesta para llevar al Ejército de Liberación Palestina a los territorios ocupados", enfatizan la importancia del Jihad (guerra santa) y alaban al shahid (mártir asesino). Los judíos son retratados como arrogantes y traidores asesinos, y el sionismo es descrito como un movimiento racista.
Como resultado, los niños palestinos son educados en un ambiente de instigación y odio que estimula y glorifica las acciones violentas hacia Israel.
En palabras del reconocido psicólogo palestino Shafik Masalja: "En aproximadamente 10 años una generación asesina llegará a la edad adulta llena de odio y dispuesta a morir en misiones suicidas".

MITO:
ISRAEL UTILIZA UNA FUERZA EXCESIVA EN CONTRA DE LA POBLACIÓN PALESTINA, INCLUSO FRECUENTEMENTE EN CONTRA DE NIÑOS.

REALIDAD:
LAS ACCIONES DEL EJÉRCITO DE ISRAEL SON RESULTADO DE LA PASIVIDAD DE LA ANP PARA CONTROLAR LOS ATAQUES TERRORISTAS.

La mayoría de los niños palestinos que han sido lesionados estaban involucrados directamente en la confrontación violenta.
Es importante mencionar que niños y jóvenes palestinos se han mantenido activos en la ola de violencia en contra de Israel. Las escuelas son cerradas para permitir la participación de los alumnos en alborotos públicos, asisten a campamentos de entrenamiento y son constantemente incitados al odio y a la violencia a través de la programación infantil de la televisión palestina.
En la mayoría de los casos, los manifestantes lanzan "cocteles molotov", utilizan pistolas, rifles y granadas, mientras que las tropas israelíes utilizan medios diseñados para defenderse en contra de opositores violentos.
De acuerdo al Derecho Internacional y a la Ley de Conflicto Armado, al tomar parte en las hostilidades dentro del conflicto el individuo se convierte en un combatiente.

http://www.tribuna.org.mx/Medio_Oriente/medio_oriente.html#24

Mitos y realidades sobre Israel

INTRODUCCIÓN
Desde antes de su creación en 1948, el Estado de Israel ha tenido que enfrentar un sinfín de conflictos en diferentes frentes, pero tal vez es en la guerra de la información, donde ha tenido que librar sus más fieras batallas. En los últimos años, a nivel mundial se ha orquestado una campaña propagandística tendiente a desacreditar la existencia de Israel y del sionismo, el movimiento de liberación nacional del pueblo judío. Se crearon realidades alternas mediante el uso de conceptos novedosos que en forma tendenciosa desvirtúan los parámetros históricos y políticos del conflicto palestino-israelí. Debido a que estos mitos han sido reproducidos a través de los medios masivos de comunicación, una gran parte de la opinión pública internacional, que no conoce de cerca los hechos como han sucedido, acepta las consignas antiisraelíes con una actitud poco crítica. La historia ha demostrado que las verdades a medias sólo logran obstaculizar el diálogo e impedir que se produzca un verdadero proceso de razonamiento acerca de las raíces y el desarrollo de los conflictos en el mundo. El presente documento tiene como propósito fundamental desenmascarar algunos de los más comunes prejuicios y mitos sobre el Estado de Israel de tal forma que se puedan entender con más claridad las raíces del conflicto en
el Medio Oriente.

I. EL DERECHO DE LOS JUDÍOS SOBRE EL ESTADO DE ISRAEL
MITO: PALESTINA SIEMPRE PERTENECIÓ A LOS ÁRABES.
REALIDAD: LOS JUDÍOS FUERON LOS PRIMEROS EN ESTABLECER UN ESTADO SOBERANO EN ESA ZONA, FUNDARON LA CIUDAD DE JERUSALEM Y DESDE ENTONCES HAN MANTENIDO UNA PRESENCIA CONTINUA.
Durante las últimas décadas el término "Palestina" se ha manejado en función de intereses políticos a menudo contrapuestos, omitiendo los antecedentes históricos que permiten esclarecer su significado. Este término ha sido comúnmente utilizado para calificar la región en tiempos de la historia cuando no existían conceptos de Estado y nación. "Canaán" fue el nombre con el que se conoció a la tierra que posteriormente fue denominada Palestina. Los cananitas formaron pequeñas ciudades, cada una en épocas diferentes y a veces gobernadas por un gobernante egipcio o hitita sin lograr nunca la formación de un solo Estado.

Imperdible carta al Presidente de España

Como respuesta a su aparición en público luciendo una kafia (turbante árabe) durante los últimos acontecimientos en el Medio Oriente).

En 1492, los judíos fueron expulsados de España. Fue esta una de las mas "justas y morales" decisiones de los españoles para con el pueblo judío que tuvo que abandonar el país por la fuerza bruta, dejando tras suyo todos sus bienes materiales. El judío no solo fue expulsado de España, humillado y atacado, sino también robado por los españoles. Quien sabe que español vive en la casa de que antepasado mío y cual de ellos se queda con las propiedades de algún otro de mis antepasados....y a pesar de ello, nosotros no odiamos a los españoles.Paralelamente al periodo recordado, España crea una de las instituciones más "morales" de la historia. Institución que perseguía la justicia y la verdad. Institución que su nombre queda grabado en el recuerdo de la humanidad como ejemplo de valentía, osadía y lucha por la verdad y la libertad de expresión y de culto. "La Inquisición". Estos paladines de la justicia y la moral, apresaron, torturaron y mataron a miles de personas. A los judíos nos quemaron vivos y nos persiguieron por el mero hecho de ser judíos. Este es aparentemente uno de los pecados que la moral española de aquella época no pudo tolerar.... y la actual?...y a pesar que mi pueblo nunca crea tan dignas instituciones, a pesar de las matanzas y el abuso, de las torturas y el odio, nosotros no odiamos a los españoles. A pesar del grito ahogado de nuestros antepasados en las hogueras, nosotros no juzgamos hoy la moral de España.España considera que todavía no había dado su última palabra en cuestiones humanas. Una nación tan noble y con tantos valores éticos y morales debía influenciar en el mundo. Llegaron a América, es mas, la "descubrieron", ya que antes de la llegada de los españoles nadie, pero nadie, ni siquiera los propios habitantes de América sabían que existían... y para controlar tan gran descubrimiento en base a la moral española, tan noble, tan gallarda, asesinaron a centenas de miles de personas, uno de los genocidios mas grandes de la historia humana. Genocidio? Español? No puede ser, eso no se apega a los valores éticos españoles. De paso, ya que de tan alta moral hablamos, los españoles robaron toneladas de oro, plata y demás riquezas a los "descubiertos" por ellos. A aquellos que no sabían que existían antes de la llegada de los españoles, pero que sin lugar a dudas dejaron de existir luego de su llegada. De robo ya hablamos? O es la primera vez? Y de destrucción de culturas? Dejemos esto punto para otro día....y a pesar de ello, nosotros, los hijos del pueblo Hebreo, no juzgamos hoy la moral de los españoles, no investigamos la fuente de su riqueza. Nosotros no odiamos a los españoles.Puede que toda esta reseña histórica sea lejana. Tan lejana que dirán algunos que no debería tomarse en cuenta. Yo soy hijo del pueblo Hebreo, tengo 5700 años y recuerdo, recuerdo. Recuerdo inclusive la historia mas reciente. Por ejemplo la de una época conocida como "Franquista", en la cual la moral española se "hizo amiga" del nazismo alemán.Sobre las consecuencias de tanta moralidad y justicia ya no debo hablar, no se requiere aquí la memoria de 5700 años, para recordar que durante la segunda guerra mundial fueron asesinados por los nazis seis millones de personas de mi pueblo, salvo que como otras personas que usan kafia, también usted Sr. Zapatero pretenda desmentirlo.Y nacía el Estado de Israel. En 1948. Luego de 1700 años sin patria, perseguidos, encerrados en ghetos, creamos un estado independiente. España, luego de haber sido tan beneplácita con el pueblo judío, tan moral, tan justa, tan no racista, decidía consecuentemente no reconocer al joven estado. Lo hizo solamente hace aproximadamente 20 años atrás. No hay que decir. España fue siempre consecuente. Moralmente consecuente. Fue sabia, actúa siempre sabiendo....y nosotros, a pesar de ello, no odiamos a los españoles. Nunca les exigimos nada....y cuando nuestros vecinos nos agredían y nos mataban, no les exigimos a los españoles que opinen o nos defiendan y a pesar de ello nunca nos defendieron, siempre opinaron.Cuando nos minaban los caminos y atacaban nuestros buses y nos bombardeaban las ciudades y nos obligaron a la guerra. Nunca exigimos nada, pero los españoles opinaban, siempre sabiendo, siempre en base a tan profunda moral basada en una historia tan pacífica y humanista.Cuando hombres bombas explotaban en nuestros restaurantes y centros comerciales asesinando hombres y mujeres, ancianos y nietos, la moral española brillaba por su ausencia.Cuando reaccionábamos, resaltaba opinando, los medios de comunicación españoles, tan objetivos, tan equilibrados, tan sabios, tan llenos de moral y justicia... tan inteligentes, con un manejo objetivo envidiable de la información. Claro que por lo general en contra nuestra, ya que de acuerdo al hábito histórico español, la justicia esta siempre del lado opuesto a los judíos y no es esto por racismo o odio histórico religioso o costumbre o “inquisionismo” o cualquier cosa que la moral histórica española decida. Nosotros simplemente les molestamos, nunca entendí porque....y a pesar de esto, nosotros nos conmovimos cuando los españoles sufrían ataques terroristas, nos sentíamos cerca de las victimas, de sus familias. Identificados con su dolor y su sufrimiento y no, no odiamos a los españoles....y cuando miles de proyectiles caen sobre las ciudades de Israel y tenemos muertos y heridos...y cuando nos raptan soldados y nos asesinan por doquier...y mientras nos atacan en sinagogas y vejan nuestros cementerios y mientras desarrollan teorías satánicas sobre los judíos deshumanizándolos, nosotros no debemos responder, debemos "poner la otra mejilla", debemos dejarnos matar, como en la historia, la recuerda Sr. Zapatero, aquella en la que España nunca estuvo involucrada, lo cual le da todo el derecho moral de juzgarnos y disfrazarse.Pongase una Kafia Sr. Zapatero, nunca se ponga una kipa, nuestros muertos no cuentan, como en la hoguera inquisitoria, pongase una kafia y de acuerdo a la gran trayectoria moral española, deje que los pobres Marroquíes musulmanes que tratan de llegar a España se sigan ahogando en el Océano, recuerda Sr. Zapatero, son musulmanes y usan kafia, no se siente identificado con ellos y con su sufrimiento?Le queda bien la Kafia, recuerde los atentados en los trenes españoles, no se quite la kafia.Quédese con ella y háblenos de moral, de justicia, de verdad y de humanismo. Sea consecuente Sr. Zapatero, no olvide al hacerlo el legado español.No olvide nada ya que nosotros no olvidamos, no olvidamos la expulsión de España, no olvidamos la inquisición, no olvidamos las persecuciones, ni la acción española en el "nuevo mundo", no olvidamos los asesinatos ni los robos, no olvidamos, no olvidamos la "oposición española al nazismo", no olvidamos como nunca hablaron de moral mientras nos asesinaban y nos agredían. Quédese con la kafia Sr. Zapatero, es usted consecuente con la tradición, háblenos de moral, de proporciones, porque España tiene todo el derecho de opinar sobre moral proporciones, justicia y humanismo.Hable Sr. Zapatero, hable mientras nos matan, mientras nos raptan, mientras nos bombardean. Es usted un digno y noble hijo de la consecuencia histórica española. Le queda bien la kafia, alíese a la gran moral fundamentalista islámica, tan llena de amor y de justicia con tantos valores universales de España respeto, de libertad de opinión, de tolerancia a lo distinto, de justicia divina y moral. De moral ya hablamos?...y mientras nos hable, recuerde, a pesar de todo, nosotros no odiamos a los españoles, es mas, los respetamos, leemos sus libros, escuchamos su música, hablamos con ellos, visitamos España, visitamos sus museos, apreciamos sus avances. No, no odiamos a los españoles, ni a los alemanes, ni a los Árabes, nosotros solo queremos vivir en paz, pero aquellos que le prestaron la kafia, los del 11 de septiembre, los de los tentados en Madrid y en Londres, los que educan al odio y a la guerra, a la mentira y la barbarie no nos dejan.

Ieoshua LeviIsrael

La guerra con la organizacion terrorista Hizbola en 2006

1. ¿Crees que disparar cientos de cohetes Kassam, luego de la retirada deIsrael, es una reacción Palestina proporcionada o desproporcionada al gestode Israel?
2. ¿Sabes que Los palestinos otorgaron una abrumadora mayoría a Hamas ensus últimas elecciones? ¿Estas enterado que la constitución de Hamas especifica que Israel debeser destruido, y que Hamas no reconoce los acuerdos firmados por laAutoridad Palestina?
3. ¿Sabes que Los palestinos, desde que iniciaron en setiembre del año2000 la Guerra del Terror, han enviado cientos de suicidas a matar judíos indiscriminadamente dentro del territorio de Israel?
4. ¿Estás enterado que Hamas, el partido gobernante palestino, esresponsables de haber cometido numerosos actos de terror, y haber enviadodecenas de suicidas que causaron la muerte de cientos de judíos?
5. ¿Sabías que mientras el sionismo ha dedicado sus mejores esfuerzos ala construcción de Palestina en Gaza y Cisjordania , y creado en ellaciudades y forestación, parques industriales, universidades y escuelas parajudíos y árabes, el islamismo no ha aportado a los palestinos más que bombasy el entrenamiento de párvulos en la sacra inmolación?
6. ¿Cuál sería tu reacción si alguno de los países vecinos secuestrase unsoldado Chileno? ¿Tendría Chile una justa causa para querer recuperar a dicho soldado? ¿O debería dejarlo morir tranquilamente? ¿O si desde países fronterizos lanzaran cohetes a Chile? ¿Nuestro gobierno no haría nada? ¿Acaso no exigiríamos reacción para defender nuestro derecho a vivir enpaz y tranquilidad dentro de nuestras fronteras?
7. ¿Sabías que Israel se retiró de Líbano en 2000? Fue tan escrupuloso,que a la hora de retirarse se aseguró de que ni una pulgada cuadrada deLíbano quedara ocupada inadvertidamente y para ello solicitó a Naciones Unidas que verificase la frontera exacta que define el límitesur de Líbano, y se retiró detrás de ella? Esta «demarcación» fue aprobada por el Consejo de Seguridad, que declaróque Israel había cumplido por completo las resoluciones que exigían suretirada de Líbano. ¿Pero sabes que inmediatamente después de eso Hezbolla ha hecho al surdel Líbano exactamente lo mismo que Hamas ha hecho a Gaza: convertirla enbase militar y centro de operaciones terroristas desde la que continua laguerra contra Israel? 8.¿Sabías que Hezbolla es una organización terrorista que forma parte delgobierno libanés. Fue creada en 1982 con la ayuda de los "guardias de la revolución" deIrán y es responsable entre otros de los atentados en Argentina contra laEmbajada de Israel (marzo de 1992) y la sede de la Comunidad Judía AMIA(julio 1994)?
9. ¿Sabías que el Consejo de Seguridad de la O.N.U, en la resolución 1559del 2 de septiembre del 2004, exigió al gobierno del Líbano desarmar a laorganización Hezbollah? ¡Líbano no lo hizo y aquí están, hoy, las consecuencias!
10. ¿Sabías que desde el 15 de Agosto de 2005 (día del retiro israelí deGaza) al 14 Junio de 2006 las bandas de terroristas palestinos lanzaroninnumerables ataques contra Israel, entre ellos dispararon 687 misilesQassam desde Gaza hacia Israel, fruto de esta ola terrorista en época de"tregua" generaron entre los israelíes 432 heridos y 43 muertos?
11. ¿Si los palestinos luchan contra la "ocupación" y realmente estándispuestos a reconocer a Israel y a construir una paz duradera, por qué lostextos escolares de la Autoridad Nacional Palestina muestran mapas dondeIsrael no existe y en su lugar dice "Palestina"?
12.¿ Sabías que entre septiembre de 2000 y Julio de 2004 Israel sufrió22406 atentados (estos abarcan desde bombarderos suicidas, acuchillamientos,pasando por atentados con armas de fuego y toda la diversidad "creativa"para alcanzar esos objetivos que muy lejos están de expresar sinceros deseosde paz)?
13. ¿Sabías que desde que Hizbollá violó la frontera INTERNACIONALMENTERECONOCIDA de Israel y secuestró dos soldados israelíes además de matar aotros ocho en ese mismo acto VIOLATORIO DE LAS LEYES INTERNACIONALES -siendo así el responsable de desencadenar la presente conflagración - haenviado miles de cohetes a 37 ciudades, kibutzim y poblados a lo largo detodo el territorio norte del Estado de Israel?
14. ¿Sabías que el 19 de Julio (dia en que se escribio esto) desde las 7 de la mañana hasta las 5 dela tarde cayeron solo en la ciudad de Carmiel ( con cerca de 40,000habitates en un área de solo 24 Km2) 70 cohetes? En las condiciones creadas, Israel no tiene otra alternativa más quedefenderse, salvaguardar a sus ciudadanos y seguir actuando sin perder deperspectiva la paz.

El Holocausto (1933-1945)

No puede hallarse en la Historia otro crimen tan atroz ni tan fríamente calculado como el que aniquiló a millones de seres humanos en los campos de concentración nazis (llamado Holocausto o Shoa). Reducidos al estado animal, sometidos a la más espantosa degradación moral y física, hombres, mujeres y niños fueron salvajemente torturados y arrastrados a las cámaras de gas por el solo hecho de pertenecer a una raza considerada inferior o de sostener creencias religiosas o políticas antagónicas a las de la «raza de los señores». Hitler fue el origen de este furioso torbellino de la muerte. Pero Hitler no estaba solo. Parte de un pueblo fanatizado por la propaganda, educado en el desprecio hacia el hombre no ario, le ayudó a borrar de la faz de la tierra a sus pretendidos «enemigos».

Día: 25 de enero de 1945; lugar: K.Z.Stutthof, campo de concentración situado a pocos kilómetros al este de Gdansk (Danzig para los alemanes). Cuando llegaron los soldados del Ejército Rojo, los primeros que iban a liberar un campo de exterminio nazi, sólo 385 de los 120.000 prisioneros que habían pasado por Stutthof (el 90 % de ellos era de origen polaco) lograron franquear las puertas del campo y respirar de nuevo la libertad. Los jóvenes soldados soviéticos descubrieron un espectáculo dantesco. Allí estaban los supervivientes del horror nazi, que vagaban moribundos, casi desnudos, por la amplia plaza del campo mientras el termómetro marcaba -30 C; allí estaba el patíbulo, que en numerosísimas ocasiones había servido para segar las vidas de cientos de polacos, mudo testigo de unos hechos difícilmente creíbles; allí estaba la cámara de gas, sofisticada habitación de la muerte, que en los últimos meses de 1944 había consumido la escalofriante cantidad de 200 víctimas por hora; y, finalmente, allí estaba el horno crematorio, con su erguida chimenea aún humeante, donde las SS habían intentado borrar todo rastro de su barbarie, pero sin conseguirlo, porque los 85.000 cadáveres que pretendían hacer desaparecer en el momento de la liberación del campo eran demasiados para la capacidad del horno. Así pues, los rusos encontraron también miles y miles de cadáveres amontonados formando un amasijo de brazos, piernas y cabezas.

El 27de enero de 1945, otros soldados soviéticos pudieron presenciar una escena parecida en otro lugar siniestro: Auschwitz. Y en el mes de abril, tras la llegada de los blindados americanos al campo de Buchenwald, cerca de Weimar, el general Eisenhower comprobó con sus propios ojos hasta dónde fueron capaces de llegar los nazis en su desprecio por la vida de los seres humanos.
La historia de los campos de concentración nazi comienza poco después de que Hitler fuera nombrado canciller del Reich el 31 de enero de 1933; su existencia obedece al propósito de eliminar a la oposición política.Al principio, Hitler introdujo la "Schutzhaft" (custodia preventiva) como excusa para encerrar en los campos elementos no gratos para el régimen; más adelante no tuvo escrúpulos para eliminarlos. En marzo de 1933, con motivo de la puesta en servicio de los primeros campos -Oranienburg y Dachau-, Hitler definió así la función de estos establecimientos: «La brutalidad inspira respeto. Las masas tienen necesidad de que alguien les infunda miedo y las convierta en temblorosas y sometidas. No quiero que los campos de concentración se conviertan en pensiones familiares. El terror es el más eficaz entre todos los instrumentos políticos... Los descontentos y los desobedientes se lo pensarán dos veces antes de enfrentarse con nosotros, cuando sepan lo que les espera en los campos de concentración.

Agrediremos a nuestros adversarios con brutal ferocidad y no dudaremos en doblegarlos a los intereses de la nación mediante los campos de concentración. »No cabe la menor duda que quienes fueron delegados por Hitler para este cometido cumplieron fielmente los deseos de su jefe. En un principio, los campos se hallaban bajo el control de la SA («Sturm Abteilung», sección de asalto), tropas de choque que acabaron por ser anuladas después de un sangriento ajuste de cuentas con las SS durante la célebre «Noche de los cuchillos largos», el 30 de junio de 1934. La SA fue, por tanto, la encargada de instaurar el terror mediante asesinatos masivos en los primeros campos de concentración. El comandante de Dachau, Theodor Eicke, redactó de forma escrupulosa un reglamento cuya letra y espíritu legitimaban estos asesinatos.
Tras la desaparición de la SA, Hitler asignó a las SS («Schutz-Staffeln», escuadras de protección) el control de los campos y Heinrich Himmler se encargó de organizarlas. Con tal fin creó unos destacamentos destinados al servicio de custodia de los campos, las «Totenkopfverbánde» (formaciones de la calavera), reclutadas entre los nazis más fanáticos.Las primeras remesas de prisioneros llegadas a los campos fueron obligadas a trabajar bajo una disciplina durísima y en unas condiciones inhumanas para levantar y ampliar los establecimientos. Aquéllos que no eran capaces de soportarlo morían sin remedio o eran fusilados; sin embargo, en ningún caso se revelaba la verdad sobre los fallecidos.
Bajo la directa supervisión de Himmler, los campos se multiplicaron. Después de Dachau, Sachsenhausen, Buchenwald, Ravensbruck(campo para mujeres),Stutthof, Auschwitz, Neuengamme,...Estos grandes campos tenían otros anexos menores llamado: Kommandos exteriores. Antes de 1939, el número de prisioneros internados en campos de concentración era relativamente bajo, sobre todo si se tienen en cuenta las cifras del período de guerra; además, aún no se habían aplicado masivamente los sistemas de tortura y muerte. No obstante, esta situación cambió de modo radical tras las redadas de judíos llevadas a cabo por los nazis durante la tristemente célebre «Noche de cristal» (9-10 de noviembre de 1938), y después de la anexión de Austria, que significó la entrega de aquel país a manos de la Gestapo y de las SS. Tras estos acontecimientos, el número de internados aumentó vertiginosamente. Y Himmler planeó la posibilidad de explotar la fuerza de trabajo que tal cantidad de detenidos era capaz de ofrecer a sus secuaces. Hitler había prohibido el empleo de prisioneros en la fabricación de armamento, pero a partir de septiembre de 1942 se hizo imprescindible aumentar la producción bélica. Con este objetivo se llegó a un acuerdo según el cual los prisioneros trabajarían en las industrias privadas encargadas de abastecer al ejército, a cambio de dinero y de un porcentaje de la producción para reequipar a las SS.
1944: 30.000 muertos al mes.Pero las infrahumanas condiciones de trabajo y la pésima alimentación hicieron aumentar de manera alarmante la mortalidad en los campos. Al recibir un informe en el que se le comunicaba que de los 136.700 deportados que habían ingresado en los campos entre junio y noviembre de 1942 sólo habían sobrevivido 23.502, Himmler montó en cólera. Eso significaba que las bajas eran del orden de 19.000 mensuales, algo intolerable para el buen ritmo de la producción. La respuesta de Himmler fue la promulgación de una ley titulada «El Reichsführer orde hacer disminuir, en forma absoluta, el índice de mortalidad». A pesar de la grandilocuencia, en 1944 el número de víctimas había aumentado a 30.000 mensuales. A medida que los ejércitos aliados avanzaban, la situación en los campos alcanzaba las metas que se habían propuesto sus funestos artífices. Como ha dicho el psicólogo Bruno Bettelheim, superviviente de Dachau y Buchenwald, por medio de los campos de concentración la Gestapo pretendía «Acabar con los prisioneros como individuos, extender el terror entre el resto de la población, proporcionar a los individuos de la Gestapo un campo de entrenamiento en el que se les enseñaba a prescindir de todas las emociones y actitudes humanas, proporcionar, en fin, a la Gestapo, un laboratorio experimental para el estudio de medios eficaces para quebrantar la resistencia civil.»

Auschwitz, largo calvario hasta la cámara de gasSobre la puerta de entrada de Auschwitz I, todavía hoy puede leerse un letrero que reza: «Arbeit macht frei» (El trabajo da la libertad). Situado en tierra polaca, entre Katowice y Cracovia, el campo de Auschwitz cuenta en su haber con la cifra más alta de asesinatos: se calcula en 4.000.000 el número de exterminados, la mayoría de ellos judíos (3.000.000 muertos en las cámaras de gas), además de millares de gitanos y de prisioneros de guerra soviéticos. El campo estaba rodeado de una alambrada espinosa electrificada, y varias torretas dotadas de ametralladoras y potentes reflectores custodiaban las instalaciones día y noche. A la llegada de cada convoy, los SS gustaban de repetir con macabro cinismo: «Aquí se entra por la puerta y se sale por la chimenea.» En la misma estación de ferrocarril, los deportados que habían sobrevivido al viaje eran seleccionados: los más fuertes se empleaban para el trabajo, el resto era eliminado. Inmediatamente, los SS practicaban la «Strasse» (calle) en la cabeza de los prisioneros: un surco de unos 2 cm de anchura desde la frente hasta la nuca; a continuación se marcaba a fuego su número de matrícula en el brazo o en la nuca, número que también era inscrito en una placa de hojalata que el prisionero debía llevar constantemente atada a su muñeca, y cuya pérdida podía significar la muerte.El vestido de los prisioneros consistía en un uniforme a rayas al que se cosía, según las categorías, un triángulo de paño de distintos colores dentro del cual se estampaba la inicial de la nacionalidad del detenido (F, francés; B, belga; S, español; R, ruso; P, polaco). Debajo del triángulo figuraba el número de matrícula. Los prisioneros judíos llevaban una estrella de David de color amarillo.Los deportados que habían resistido las primeras vejaciones era integrados en escuadrones de trabajo bajo las órdenes de un «Kapo» (KAmaraden POlizei), generalmente delincuentes de derecho común que colaboraban con los SS en los peores servicios y brutalidades. Los escuadrones de trabajo debían recorrer diariamente varios kilómetros a pie para llegar al lugar del trabajo. Una vez allí les estaba prohibido hablar. Si alguno caía rendido por el cansancio o se alejaba de su puesto, era fusilado inmediatamente, y su cadáver debía ser cargado por sus compañeros hasta el campo para el recuento.Sometidos a una despiadada explotación, los deportados llegaban a convertirse en lo que según la jerga de los campos se denominaba «musulmanes»; es decir, detenidos que habían alcanzado el último grado de agotamiento, el límite de sus fuerzas.Los prisioneros de Auschwitz trabajaban, en el l. G. Farben, en las fábricas de material de guerra de la Unión Krupp y en empresas más pequeñas que los empleaban en minas, bosques o trabajos de construcción de carreteras. De este modo, las SS, a cambio deproporcionar mano de obra barata obtenían de tales empresas sustanciosos beneficios.
El umbral de la muerteLa escasísima alimentación era otra forma de morir lentamente. En Auschwitz, un prisionero recibía alrededor ue 1.740 calorías diarias, cuando las mínimas indispensables debían ser 4.800. Además, la disenteria y otras enfermedades causaban estragos entre los deportados. Algunos «afortunados» lograban acceder a la enfermería («Revier») que, a pesar de ser un lugar siniestro e insalubre, y en la mayoría de las ocasiones la antesala de la cámara de gas, significaba un refugio para muchos prisioneros, sobre todo en invierno.En noviembre de 1944, ante el avance de los aliados hacia Alemania, Hitler ordenó la suspensión de matanzas en Auschwitz y el desmantelamiento de los hornos. Se inició así el último de los sufrimientos para los que aún sobrevivían: 60.000 personas fueron evacuadas hacia Buchenwald. Anduvieron toda una noche recorriendo 70 km; luego les esperaban tres largos días de penoso viaje en vagones de tren descubiertos, soportando temperaturas de -20 C. Al entrar los soviéticos en el campo de Auschwitz el 27 de enero de 1945, se encontraron con 5.000 deportados, la mayoría de los cuales murieron poco tiempo después a causa del estado en que se encontraban.
Sobre una colina boscosa y arrasada por el viento, próxima a la ciudad de Weimar, la cuna de Goethe, se levantó en 1937 el campo de Buchenwald.En l puerta de hierro forjado de su entrada se podía leer una inscriopción que decía: «Jedem das seine» (A cada uno lo suyo). Buchenwald era una auténtica «fábrica de cadáveres»: en los sótanos de su «Krematorium» estaban las salas de disección, cámaras de tortura y la sala en la que se llevaban a cabo ahorcamientos mediante ganchos de hierro clavados en las paredes; desde allí, los cadáveres subían en un montacargas al piso donde estaban instaladas las cámaras de gas y los hornos crematorios. A pesar de la enorme capacidad de este edificio, en el patio también se amontonaban carretas de muertos procedentes de los barracones o de la enfermería.Un cierto número de deportados -en su mayoría políticos y judíos alemanes, polacos y checos- fue empleado en las fábricas de Gustloff anexas al campo, en la «Steinbruch» (cantera), o en la reparación de carreteras.La crueldad de los campos se vio aumentada en Buchenwald por la presencia del comandante Walter Koch y, sobre todo, de su esposa llse, cuyo nombre tiene para los supervivientes un significado escalofriante: nadie puede olvidar las lámparas de su habitación, cuyas pantallas fueron elaboradas con la piel tatuada de algunos deportados.En los primeros días de abril de 1945, las SS recibieron orden de liquidar el campo. Gran cantidad de deportados fueron evacuados hacia los campos de Bergen-Belsen, Dachau y Flossenburg, entre otros. Muchos murieron en el camino. Sin embargo, la última empresa de exterminio no pudoser llevada a cabo por las SS gracias a la decisiva acción de la organización clandestina del campo que logró liberarlo el 1 1 de abril de 1945, algunas horas antes de la llegada de los blindados americanos. De los 250.000 detenidos que habían pasado por Buchenwald, en aquel momento sólo sobrevivían penosamente unos 25.000.
Mauthausen, escalera hacia el abismoAuténtica fortaleza inexpugnable, Mauthausen fue construido junto a la cantera de Wienergraben, aorillas del Danubio, en las cercanías de la ciudad austríaca de Linz. El acceso a la cantera se efectuaba descendiendo los 186 escalones de la «escalera de la muerte». Al amanecer, los prisioneros la bajaban corriendo, golpeados por la SS que formaban dos hileras; por la noche, la subida se llevaba a cabo en columnas de a 5, muy a menudo con un bloqke de piedra a la espalda.En la cima de la cantera al final de la escalera, se abría un abismo en la roca cortada quie la SS había bautizado "pared de los paracaidistas" porque mucho prisioneros deseperados se lanzaban al vacío o eran empujados y precipitados por los guardianes.Entre 1939 y 1945, el campo de Mauthasen llegó a albergar a 335.000 deportados de los que murieron 122.777, si contar los que eran asesinados antes de ser registrados.Antes de morir, había que sifrir todo tipo de humillaciones.En los barracones donde se hacinaban 10 veces más personas que las inicialmente previstas, 5 o 6 prisioneros tenían que compartir un pequeño jergón de paja.En plena podía llegar la orden de dirigirse desnudos al baño para regresar sin secarse a los barracones o de formar en la plaza central de campo durante horas soportando temperaturas de -20 grados centígrados.En el despacho del comandante de campo, Franz Ziereis, responsable de los crímenes allí cometidos, se encontró una orden que decía: "En el casoq ue el enemigo aproxime, hagansé sonar las sirenas, obliguesé a todos los detenidos a entrar en el "Keller" (galerías subterráneas) y procédase a su eliminación utilizandosé gas." Un Comité Internacioanal de Resistencia, creado clandestinamente por los deportados , liberó el campo tras duros combates entre el 5 y 7 de mayo de 1945, antes de que llegaran las fuerzas aliadas.
Un día cualquiera en un campo de concentraciónLa diana solía sonar entre las 4 y las 5 de la madrugada. Había que ocuparse de la limpieza personal, pero en muchas ocasiones se carecía de agua. A continuación se distribuía un tazón de agua sucia eufemísticamente llamada café, cuya máxima virtud era estar caliente. Sin perder tiempo, los internados tenían que formar en la «Appelplatz» o «Lagerplatz» (plaza central del campo) donde se pasaba lista. Tras este trámite, que podía durar horas, los prisioneros eran agrupados en «Kommandos», cada uno de los cuales constituía un grupo de trabajo a cuyo frente estaba un «Kapo». Los trabajos forzados se realizaban aprovechando al máximo la luz solar. El único momento de reposo era el de la «comida»: un plato de sopa y las denominadas «porciones», que consistían en 300 g de pan de salvado o de serrín de madera. Por la noche, otro plato de sopa, esta vez con trocitos de legumbres secas, col y nabos. Cinco veces por semana se distribuían con el pan 25 g de margarina, y una vez por semana un pedacito de salchicha vegetal de unos 75 g o dos cucharadas de mermelada. De vez en cuando, dos cucharadas de coágulos de leche que pretendían ser queso.A medida que pasaba el tiempo y aumentaba el número de prisioneros en los campos, las raciones de comida fueron disminuyendo. Para los hambrientos, cualquier cosa era comestible, ya fueran mondaduras sucias o patatas crudas; en algunos campos, incluso se dieron actos de canibalismo.Los barracones de madera («Blocks»), además de albergar a los prisioneros amontonados, estaban cargados de piojos, pulgas, polvo, moho y excrementos humanos. Los enfermos que no cabían en la enfermería se quedaban en los barracones, agrupados por enfermedades, esperando la llegada de la muerte.Los castigos corporales formaban parte de la vida cotidiana. Era casi imposible escapar a los castigos porque todo estaba prohibido: aproximarse a menos de dos metros de la alambrada, dormir con la chaqueta o sin calzoncillos, no ir a la ducha los días señalados o ir los días no señalados, salir del barracón con la chaqueta desabrochada, llevar bajo la ropa papel o paja para protegerse del frío,...La contravención del reglamento podía significar 20 ó 50 bastonazos en los riñones, o bien tener que permanecer en posición de firmes bajo los focos de los reflectores durante toda la noche, con las manos cruzadas detrás de la nuca.Sin embargo, los SS pocas veces se manchaban las manos. Se elegía a los verdugos entre los propios compañeros de los prisioneros: los odiados «Kapos». En ocasiones, los mismos prisioneros aceptaban colaborar para poder disfrutar de algunas ventajas. El llamado «Sonderkommando» (destacamento especial) se encargaba de las cámaras de gas y de los hornos crematorios. Lo formaban prisioneros polacos, lituanos, rusos y ucranianos, en su mayor parte judíos. Su trabajo consistía en abrir las cámaras de gas, arrastrar con gar os os ca veres asta e orno, limpiar la cámara para la siguiente utilización y trasladar las cenizas y huesos que habían caído a través de las parrillas.
ExterminioYa en los últimos meses de 1939, Hitler propuso un programa de eutanasia, destinado a eliminar los enfermos incurables, fundamentalmente los mentales. El asesinato de las víctimas se llevó a cabo obligándoles a inhalar monóxido de carbono. Los familiares debían contentarse con un certificado de defunción que aludía a «muerte por pulmonía o debilidad cardíaca».Cuando Hitler decidió la llamada «Solución final», fueron dispuestos los grandes campos de exterminio polacos (Chelmno, Belzec, Sobibor y Treblinka) para dicho cometido. En Chelmno, por ejemplo, los deportados eran obligados a prepararse para tomar un baño antes de ser enviados a trabajar. A continuación se les introducía en camiones especiales, preparados para que el monóxido de carbono producido por los motores penetrase en la cámara donde viajaban las víctimas. Cuando ya no se oía ningún grito, los camiones se trasladaban hacia un bosque cercano donde los cadáveres eran arrojados en grandes fosas. Más tarde se construyeron las cámaras de gas fijas y los hornos crematorios. Para el funcionamiento de aquéllas se utilizó el gas «ZyklonB», «mucho más eficaz», según palabras de Rudolf Hess.Cuando el exterminio fue masivo, se «perfeccionaron» las instalaciones. En Treblinka, y con la presencia de Himmler, se inauguraron nuevas cámaras y hornos capaces de eliminar 5.000 cadáveres en 24 horas.Con la aplicación de técnicas más expeditivas, en la primavera de 1944 se alcanzó la cifra de 24.000 gaseamientos diarios. Previamente, las víctimas eran despojadas de todas sus pertenencias. La rapiña de las SS llegó hasta el punto de especular con el pelo de los deportados que, mediante un adecuado tratamiento, era convertido en fieltro industrial. Tras la liberación de Auschwitz se encontraron siete toneladas de cabellos humanos en los almacenes del campo. Los huesos sin quemar se vendían a firmas industriales, y las cenizas, se utilizaban como fertilizante. Las prótesis dentales de oro o platino iban a parar a los bolsillos de los SS.Además de las cámaras de gas, los nazis utilizaron otros muchos medios para matar. Los prisioneros de guerra y políticos de cierta relevancia eran fusilados. En Mauthausen se colocaba a los prisioneros de espaldas contra una regla vertical graduada-a modo de medidor de estatura que tenía un agujero a la altura de la nuca; por este orificio de disparaba acertadamente y sin posibilidad de error.En algunos campos , las víctimas fueron obligadas a descender a fosas llenas de cal viva en que luego se le arrojaba agua.
En varios campos, los internados fueron utilizados como cobayas humanas y sometidos a terribles experiencias:inoculación de fermedades,ablación de músculos, castración y esterilización,... Algunas de estas experiencias estaban orientadas a encontrar los métodos más eficaces para el exterminio de las etnias y los grupos sociales considerados inferiores. El Instituto de Higiene de las Waffen SS dirigía estas pruebas, llevadas a cabo por médicos nazis en colaboración con las secciones de química farmacéutica del I. G. Farben y otras empresas. Cuando las víctimas ya no servían para nada, una inyección venenosa terminaba con sus vidas.El Dr. Brack ideó un método de esterilización basado en la proyección intensa de rayos X sobre los órganos genitales, mientras el individuo, sin advertir lo que le estaban haciendo, rellenaba un formulario en una ventanilla. También se pensó en la castración quirúrgica, pero resultaba un método excesivamente lento. En Dachau se hicieron más de 500 operaciones para el adiestramiento de estudiantes de medicina: la mayoría de los operados falleció sin remedio.Uno de los más crueles «médicos» nazis fue el Dr. Sigmund Rascher. Introducía a sus víctimas en cámaras de descompresión, las sometía a temperaturas bajo cero, las sumergía en recipientes de agua helada para «observar las reacciones del paciente». En Auschwitz se efectuaron experiencias consistentes en someter la epidermis de los internados a la acción de gases tóxicos; se les inyectaba petróleo o gasolina, y se estudió la influencia de determinados productos químicos sobre la capacidad mental de las víctimas. Algunas deportadas sufrieron la inoculación de células cancerígenas en el cuello del útero, para después ser gaseadas.
Se ha hablado mucho y se han baraj ado gran cantidad de cifras al referirse al genocidio judío y a las víctimas de la barbarie nazi en general. Se estima que murieron alrededor de 5.934.000 judíos, de ellos, 3 millones eran polacos, 900.000 ucranianos, 450.000 húngaros, 300.000 rumanos y 210.000 alemanes y austríacos. Según algunos historiadores, otros seis millones de personas murieron en los campos de concentración del Reich.Entre 150.000 y 200.000 soldados, oficiales e industriales fueron responsables directos de estas muertes. Desde el final de la guerra, sólo unos 35.000 han sido juzgados y condenados por ello.Además de los judíos, gentes de todas las etnias, grupos sociales, nacionalidades y credos religiosos y políticos sufrieron en silencio la degradación y la muerte: gitanos, homosexuales, miembros de la Resistencia francesa, soldados rusos, republicanos españoles, políticos comunistas y sacerdotes católicos.... Nadie escapó al holocausto.
Queridísimo Reichsfuhrer:Cumplo con el deber que me ha señalado de tenerle periódicamente informado de los resultados de mis investigaciones..."Pese a la brevedad del período de tiempo que he tenido a mi disposición, solo cuatro meses, ya me hallo en condiciones , Reichsfuhrer, de informarle de cuanto he descubierto.El método inventado por mí para esterilizar el organismo femenino sin intervención quirúrgica, se encuentra en la práctica totalmente a punto.El método se funda en una sola inyección en el cuello del útero y puede ser aplicado mientras se efectua un examen ginecológico normal, conocido por todos los médicos.Cuando afirmo que el método está a punto "en la práctica"quiere decir que aun de efectuarse determinados perfeccionamientos, que este sistema puede ser,desde ahora,utilizado en lugar de la intervención quirurgica para nuestras esterilizaciones eugenésicas y sustituírla.""En cuanto a la pregunta que Ud. Reichsfuhrer, me formuló hace casi un año respecto al tiempo necesario para esterilizar por este sistema a un millar de mujeres, puedo responderle con suficiente aproximación.Es decir si mis investigaciones siguen con el ritmo actual - y no existe motivo para suponer lo contrario- , no está lejano el momento en que un médico práctico, que disponga de la instaalción adecuada y de una docena de ayudantes (el número de ayudantes está en función de la aceleración del programa que se desee cumplir) , se halle en condiciones de esterilizar varios centenares - e incluso 1000 mujeres al día -.Fuente: Carta del Dr. Carl Clauberg a Himmler 7-6-1943
"ENSEÑAR A CONTAR HASTA 500,..."Para los pobladores no alemanes del este sólo habrá una escuela primaria de cuatro grados.Esa enseñanza elemental tendrá exclusivamente el siguiente objeto: enseñar a contar hasta 500, escribir el nombre completo, inculacar la doctrina de que hay un mandamiento divino, obedecer a los alemanes, y ser trabajador y dócil.No estimo neecsario que se enseñe a leer."
Fuente:Memoria de Himmler


La Enfermería (Del Capítulo: IX del libro: Los Hornos de Hitler de Olga Lengyel)

RELATO VERIDICO:Durante semanas y semanas, no hubo medios para atender a los enfermos. No se había organizado hospital ninguno para los servicios médicos, ni disponíamos de productos farmacéuticos. Un buen día, se nos anunció que, por fin, íbamos a tener una enfermería. Pero ocurrió que, una vez más, emplearon una palabra magnífica ' para describir una realidad irrisoria.Me nombraron miembro del personal de la enfermería. Cómo pudo suceder tal cosa merece punto y aparte.Poco después de mi llegada, me hice de todo mi valor para suplicar al doctor Klein, que era el jefe médico de las S.S. del campo, que me permitiese hacer algo para aliviar los padecimientos de mis compañeras. Me rechazó bruscamente, porque estaba prohibido dirigirse a un doctor de las S.S. sin autorización: Sin embargo, al. día siguiente, me mandó llamar para comunicarme que a partir de aquel momento iba a quedar a cargo del enlace con os doctores de las distintas barracas. Porque él perdía un tiempo precioso en escuchar la lectura de sus informes mientras giraba sus visitas, y necesitaba ayuda.Inmediatamente se estableció un nuevo orden de cosas. Todas las internadas que tuviesen algún conocimiento médico deberían presentarse. Muchas se. prestaron voluntariamente. Como yo no carecía de experiencia, me destinaron al trabajo de la enfermería.En la Barraca No. 15, probablemente la que estaba en peores condiciones de todo el campo, iba a instalarse el nuevo servicio. La lluvia se colaba entre los resquicios del techo, y en las paredes se veían enormes boquetes y aberturas. A la derecha y a la izquierda de la entrada había dos pequeñas habitaciones. A una se la llamaba "enfermería", y a la otra "farmacia".Unas semanas después, se instaló un "hospital" al otro extremo de la barraca, y quedamos en condiciones de reunir cuatrocientos o quinientos pacientes.Sin embargo, durante mucho tiempo no dispusimos más que de las dos pequeñas habitaciones. La única luz que teníamos procedía del pasillo; no había agua corriente, y . resultaba difícil mantener limpio el suelo de madera, aunque lo lavábamos dos veces al día con agua fría. Carentes como estábamos de agua caliente y desinfectantes, no conseguíamos raer los residuos de sangre y de pus que quedaban en los intersticios de las tarimas.El mobiliario de nuestra enfermería se componía de un gabinete de farmacia sin anaqueles, una mal pasada mesa de reconocimiento que teníamos que nivelar con ladrillos, y otra mesa grande que cubrimos con una sábana para colocar en ella los instrumentos. Poco más era lo que teníamos, y todo en lamentable estado.Siempre que íbamos a usar algo, nos veíamos frente al mismo problema: ¿utilizaríamos los instrumentos sin esterilizar, o nos pasaríamos sin ellos? Por ejemplo, después de tratar un forúnculo o un antras, acaso se nos presentase un absceso de menor gravedad, que teníamos que curar con los mismos instrumentos. Sabíamos que exponíamos a nuestro paciente a una posible infección. ¿Pero qué podíamos hacer? Fue un verdadero milagro que nunca tuviésemos un caso de infección grave por ese motivo. A veces pensábamos que nuestra experiencia echaba por tierra, acaso, todas las teorías médicas sobre esterilización.El total de internadas de nuestro campo ascendía a treinta o cuarenta mil mujeres. ¡Y todo el personal de que disponíamos para nuestra enfermería no pasaba de cinco -Superfluo es decir que no dábamos abasto con nuestro trabajo.Nos levantábamos a las cuatro de la madrugada. Las consultas empezaban a las cinco. Las enfermas, que a veces llegaban a mil quinientas al día, tenían que esperar a que les tocase su turno en filas de a cinco. Se le abrían a uno las carnes al ver aquellas columnas de mujeres dolientes, vestidas miserablemente, calándose de pie humildemente bajo la lluvia, la nieve o el rocío. Muchas veces ocurría que se les agotaban las últimas energías y se desplomaban a tierra sin sentido corno un témpano más.Las consultas se sucedían sin interrupción desde el amanecer hasta las tres de la tarde, hora en que nos deteníamos para descansar un poco. Dedicábamos aquel tiempo a nuestra comida, si había quedado alguna, y a limpiar el suelo y los instrumentos. Operábamos hasta las ocho de la noche. A veces, teníamos que trabajar también durante la noche. Estábamos literalmente abrumadas por el peso de nuestra tarea. Confinadas a una cabaña, sin la más mínima brisa de aire fresco, sin hacer ejercicio físico y sin gozar del suficiente descanso, no veíamos cuándo podríamos descansar un poco.Aunque carecíamos de todo, incluso de vendajes, nos entregábamos a nuestro trabajo con fervor, espoleadas por nuestra conciencia de la gran responsabilidad e se nos había confiado. Cuando nos veíamos llegar al límite de la resistencia corporal, no remojábamos la cara y el cuello con unas cuantas gotas de la preciosa agua. Teníamos que sacrificar aquellas escasas gotas para poder seguir adelante. Pero el esfuerzo incesante nos agotaba.Cuando había varios partos seguidos y teníamos que pasar la noche sin dormir, nos fatigábamos hasta el extremo de andar dando tumbos como si estuviésemos intoxicadas.Pero, a pesar de todo, teníamos una enfermería; y estábamos realizando una tarea buena y útil.Jamás se me olvidará la alegría que experimentaba cuando, después de terminada mi jornada de trabajo diaria en la enfermería, podía irme a la cama por fin. Por primera vez después de muchas semanas, ya no teníamos que dormir en la promiscuidad indescriptible de la koia, revolcándonos en su mugre, en sus piojos y en su hedor. Sólo había cinco mujeres trabajadoras en esta dependencia relativamente grande.Antes de retirarnos, nos permitíamos el lujo de un buen aseo, gracias al cacharro de que disponíamos. El artefacto se iba por dos agujeros y sólo se podía usar si se tapaban con migas de pan... ¿pero qué más daba? Era una palangana de verdad, que se mantenía sobre un pie de verdad. Contenía agua auténtica, y hasta un trozo de jabón, ¡lujo supremol Bueno, lo que llamaban jabón no era más que una pasta pegajosa de procedencia dudosa y olor asqueroso; pero hacía espuma, aunque no mucha.Teníamos para las cinco dos mantas. Tirábamos una en el suelo, la que no habíamos sido capaces de limpiar, y nos tapábamos con la otra. En general no podíamos decir que estuviésemos muy cómodas. La primera noche llovió, y el viento soplaba entre los resquicios- de las maderas. El destartalado tejado dejaba pasar la lluvia, y tuvimos que cambiarnos muchas veces, huyendo de los charcos. Sin embargo, después de haber conocido los horrores de la barraca,aquello era un paraíso. De día en día fueron mejoran o nuestras condiciones de vida. Teníamos cierta medida de independencia, relativa, claro está; pero podíamos hablar y éramos libres de ir al evacuatorio cuando lo necesitábamos. Los que no se han visto nunca privados de estas pequeñas libertades no son capaces de imaginarse lo preciosas que pueden llegar a ser.Pero la situación, de nuestra vestimenta siguió lo mismo. Mientras atendíamos a las enfermas, llevábamos los mismos harapos ' pos que nos servían de camisón, bata y todo. Pero las pobres enfermas apenas se enteraban, puesto que iban más andrajosas que mendigas gas, cuando no llevaban el uniforme carcelario.Al principio, el personal de la enfermería dormía en la misma habitación de consulta, sobre el suelo. Puede imaginarse el lector nuestra alegría, cuando un día, se nos dio todo "un apartamiento". Cierto, era el viejo urinario de la Barraca No. 12, pero lo íbamos a tener para nosotras. En el cuarto angosto cabían a duras penas dos estrechas camas de campo. Por tanto, adoptamos el sistema de ringleras, como las koias de las barracas. Con tres de ellas, teníamos seis camastros. Aquello era un sueño. De allí en adelante, el pequeño dormitorio iba a ser nuestro domicilio privado. Allí estábamos en casa.Nos pasábamos muchas noches hablando de las posibilidades de nuestra liberación y analizando con comentarios interminables los últimos acontecimientos de la guerra, tal como los entendíamos. En ocasiones muy contadas, nos llegaba de contrabando algún periódico alemán, y estábamos examinando horas y horas cada una de sus palabras, para sacar una partícula de verdad de entre todas aquellas mentiras.Con frecuencia dábamos rienda suelta a la nostalgia, hablando de nuestros seres queridos, o simplemente discutiendo los torturantes problemas del día, como por ejemplo, si deberíamos o no condenar a muerte a algún recién nacido para salvar a la pobre madre. Hasta llegábamos a recitar a veces poesías para adormecernos en un estado de calma espiritual que nos permitiese olvidar y escaparnos del horrendo presente.Los resultados obtenidos en nuestra enfermería distaban mucho de ser gloriosos. Las condiciones deplorables del campo de concentración aumentaban sin cesar el número de las dolientes. Sin embargo, nuestros amos se negaron a aumentar el personal de que podíamos disponer. Con cinco mujeres había bastante. Podríamos haber dado parte de nuestras medicinas y vendajes a los médicos de otras barracas, pero los alemanes no nos dejaban.Naturalmente, no podíamos atender a todos los pacientes, y muchos de ellos se agravaban por tenerlos abandonados, como ocurría, por ejemplo, cuando se trataba de heridas gangrenadas. Aquellas infecciones exhalaban un olor pútrido, y en ellas se multiplicaban rápidamente las larvas. Utilizábamos una enorme jeringa y las desinfectábamos con una solución de permanganato potásico. Pero teníamos que repetir la operación diez o doce veces, y se nos acababa el agua. La consecuencia era que otras pacientes tenían que esperar y seguir sufriendo.La situación mejoró un poco cuando se instaló el hospital al otro extremo de la barraca. Este espacio estaba reservado para los casos que requerían intervención quirúrgica, pero, cuando había apuros, se curaban toda clase de infecciones. En el hospital cabían de cuatrocientas a quinientas enfermas. Naturalmente, era difícil conseguir ser admitido, por lo cual las que estaban enfermas con frecuencia tenían que esperar días y crías a poder ser hospitalizadas. Desde que llegaban, debían abandonar todas sus pertenencias a cambio de una camisa miserable. Aun habían de seguir durmiendo en las koias o en jergones duros de paja, pero con sólo una manta para cuatro mujeres. Bien claro está que no podía hablarse siquiera de aislamiento científico.Pero, a pesar de todo, el peligro más trágico que corrían las enfermas era la amenaza de ser "seleccionadas", porque estaban más expuestas a ello que las que gozaban de buena salud. La selección equivalía a un viaje en línea recta a la cámara de gas o a una inyección de fenol en el corazón. La primera vez que oí hablar del fenol fue cuando me lo explicó el doctor Pasche, q ue era un miembro de la resistencia.Cuando los alemanes desencadenaron sus selecciones en masa, resultaba peligroso estar en el hospital. Por eso animábamos a las que no estuviesen demasiado enfermas a que se quedasen en sus barracas. Pero, especialmente al principio, las prisioneras se negaban a creer que la hospitalización pudiera ser utilizada contra ellas como motivo para su viaje a la cámara de gas. Se imaginaban ingenuamente que las seleccionadas en el hospital y en las revistas lo eran para ser trasladadas a otros campos de concentración, y que las enfermas eran enviadas a un ¡tal central.Antes de estar instalada la enfermería y de quedar yo al servicio del doctor Klein, dije un día a mis compañeras de cautiverio quíen deberían evitar tener aspecto de enfermas. Aquel mism a, acompañaba más tarde al doctor Klein en su ronda médica. Era un hombre distinto de los demás S.S. Nunca gritaba y tenía buenas maneras. Una de las enfermas le dijo:-Le agradecemos su amabilidad, Herr Oberarzt.Y se puso a explicar que había en el campo quienes creían que las enfermas eran enviadas a la cámara de gas.El doctor Klein fingió quedar muy sorprendido, y con una sonrisa le contestó:-No tienen ustedes por qué creer todas esas tonterías que corren por aquí. ¿Quién extendió ese rumor?Me eché a temblar. Precisamente aquella misma mañana, había explicado la verdad a la pobre mujer. Afortunadamente, la blocova acudió en mi ayuda. Arrugó las cejas y aplastó literalmente a la charlatana con una mirada de hielo.La enferma comprendió que se había ido de la boca y se batió inmediatamente en retirada.-Bueno, la verdad es que yo no sé nada de todo esto -murmuró-. Por ahí dicen las cosas más absurdas.En otro hospital del campo, en la Sección B-3, había en agosto unas seis mil deportadas, número considerablemente inferior a nuestras treinta y cinco mil. Me refiero al año 1944. Tenían habitaciones aisladas para los casos contagiosos. Como era característico en los campos de concentración, dado lo irracionalmente que estaban organizados, esta sección considerablemente más pequeña disponía de una enfermería diez veces mayor que la nuestra, y tenía quince médicos a su servicio. Sin embargo, las condiciones higiénicas eran allí más lamentables todavía, porque no había letrinas en absoluto, sino únicamente arcas de madera al aire libre, donde las internadas femeninas estaban a la vista de los hombres de las S.S. y de los presos masculinos.Cuando teníamos casos contagiosos, nos veíamos obligadas a llevar a las pobres mujeres al hospital de aquella sección. Era un problema para nosotras. Si nos quedábamos con las enfermas contagiosas, corríamos el peligro de extender la enfermedad; pero, por otra parte, en cuanto llegaban las pacientes al hospital, corrían el peligro de ser seleccionadas. Sin embargo, las órdenes eran rigurosas, y nos exponíamos a severos castigos si nos quedábamos con los casos contagiosos. Además, el doctor Mengerlé hacía frecuentes excursiones por allí y echaba un vistazo para ver cómo seguían las cosas. Ni qué decir tiene, que quebrantábamos las órdenes cuantas veces podíamos.El traslado de las enfermas contagiosas era un espectáculo lamentable. Tenían fiebres altísimas y estaban cubiertas con sus mantas cuando echaban a andar por la "Lagerstrasse". Las demás cautivas las evitaban como si fuesen leprosas. Algunas de aquellas desgraciadas eran confinadas en el "Durchgangszimmer", o cuarto de paso, que era una habitación de tres metros por cuatro, donde tenían que tenderse en el duro suelo. Aquella era una verdadera antecámara de la muerte.Las que trasponían aquella puerta, camino a su destrucción, eran inmediatamente borradas de las listas de efectivas y, en consecuencia, no se les daba nada de comer. Así que no les quedaban más que la perspectiva del viaje final.Día llegaría, pensábamos, en que, por fin, los camiones de la Cruz Roja se presentarían allí y las enfermas serían atendidas. Y así sucedía; pero los supuestos camiones de la "Cruz Roja" recogían a las Pacientes y se las llevaban una encima de otra, como sardinas en banasta. Las protestas fueron inútiles. El alemán responsable del transporte cerraba la puerta y se sentaba tranquilamente junto al chofer. El camión emprendía su marcha hacia la cámara de la muerte. Por eso teníamos tanto miedo de mandar al "hospital" los casos contagiosos.El sistema de administración carecía absolutamente de lógica. Causaba verdadero estupor ver la poca relación que había entre las órdenes distintas que se sucedían unas a otras. Aquello se debía en parte a negligencia. Los alemanes trataban indudablemente de despistar a las presas para disminuir el peligro de una sublevación. Lo mismo ocurría con las selecciones. Durante algún tiempo, eran elegidas automáticamente las que pertenecían a la categoría de enfermas. Pero, de repente, todo cambiaba un buen día, y las que estaban afectadas de la misma enfermedad, como, por ejemplo, difteria, eran sometidas a tratamiento en una habitación aislada y confiadas al cuidado de médicos deportados.La mayor parte del tiempo, las que padecían de escarlatina estuvieron en gran peligro; pero, 'sin 'embargo, ocurría de cuando en cuando que las que contraían tal enfermedad eran atendidas, y algunas hasta se' llegaban a curar. Entonces se las devolvía a sus respectivas barracas, y su ejemplo servía para que las demás se convenciesen de que la escarlatina no significaba sentencia de muerte en la cámara de gas. Pero, inmediatamente después, aquella táctica quedaba revocada y era substituida por otra. ¿Cómo podía, por tanto, la gente saber a qué carta quedarse?Sea de esto lo que fuere, el caso era que muy pocas volvían del hospital de la sección, y éstas no habían entrado en la Durchgangszimmer, por lo cual no estaban enteradas de sus condiciones. Aquel "hospital" siguió siendo un espectro de horror para todas. Estaba rodeado de misterio y sombras de muerte.Cierto día, fui testigo en aquel hospital de una escena particularmente patética. Una joven y bella muchacha judía de Hungría, llamada Eva Weiss, que era una de las enfermeras, contrajo la escarlatina atendiendo a sus pacientes. El día que se enteró de que estaba contagiada, los alemanes acababan de abolir las medidas de tolerancia. Como el diagnóstico fue hecho por un médico alemán, la pobre muchacha sabía que era inevitable su traslado a la cámara de gas. Pronto llegaría una falsa ambulancia de la cruz roja a a recogerla, lo mismo que a las demás enfermas seleccionadas.Las que sospechaban la verdad estaban al borde de la desesperación. La habitación resonaba con los ecos de los gemidos de las lamentaciones.Les aseguro que no tienen por qué alarmarse -les decía Eva Weiss quien también procedía de Cluj. Están ustedes imaginándose cosas aterradoras. Verán, esto es lo que va a pasar: Nos trasladarán a un hospital mayor, en el cual nos atenderán mucho mejor que nos atienden aquí. Hasta puedo decirles dónde está localizado el hospital: en el campo de los viejos y de los niños. Las enfermeras son ancianas. Quizás alguna de nosotras encuentre inclusive a su madre. Después de todo, tenemos que pensar en lo afortunadas que somos. -Siendo enfermera -pensaban las pacientes-, debe estar bien informada.Y sus palabras las alentaron. Antes de que se cerrase la puerta de la ambulancia, las demás enfermeras dijeron el último adiós a su camarada Eva. Aquella joven heroína había sabido evitar con su frío valor la tortura de la ansiedad y del terror a las desgraciadas que la acompañaban a la muerte. Es mejor no pensar siquiera en lo que ella sentiría dentro de sí, según caminaba a la cámara de gas. Naturalmente, fui testigo de centenares de episodios trágicos. imposible escribir un libro q ' ue los relate todos. Pero hubo uno que me emocionó de manera especial. .De una barraca cercana nos trajeron a una joven griega. A pesar de lo demacrada que la había dejado la enfermedad y e ser un esqueleto viviente, conservaba todavía su belleza. No quiso contestar a ninguna de nuestras preguntas y se comportó como muda.Como nos habíamos especializado principalmente en cirugía, no comprendimos por qué nos la mandaban. Su ficha médica indicaba que no tenía necesidad de intervención quirúrgica.La sometimos a observación. No tardamos en descubrir que se había cometido una equivocación. Aquella muchacha debía haber sido internada en la sección destinada a enfermas mentales. Casi todo el tiempo estaba sentada, imitando los movimientos precisos de una hilandera. De cuando en cuando, como si la extenuase su trabajo, perdía el sentido, sin que pudiésemos hacerla volver en sí en una o dos horas. Luego movía la cabeza a un lado y a otro, abría los ojos y levantaba los brazos, como para protegerse de golpes imaginarios en la cabeza.Un día después, la encontramos muerta. Durante la noche había vaciado su jergón de paja para "hilarla". Había desgarrado además su blusa en pequeños jirones para disponer de más cantidad de materia prima que hilar. He visto muchas muertas, pero pocas caras me han conmovido tanto como la de aquella joven griega. Probablemente había estado empleada en trabajos forzados de hilandería. No había logrado con sus esfuerzos más que recibir palos. Sucumbió, y el terror y la desesperación animal acabaron por destruir el equilibrio de su mente.

Fuente: Planeta Sedna